Adj. fem. de fobia (f. Miedo irracional, obsesivo y angustioso hacia determinadas situaciones, cosas, personas, etc.: tiene fobia a las arañas)
Cfr. fóbico
Los sujetos fóbicos femeninos (o sujetas fóbicas) tienen un rango de edad que va de los 22 y los 36 años, y una desarrollada capacidad para boicotear relaciones de pareja. La sujeta fóbica es una mujer exitosa y está ocupada casi todo el tiempo. Es independiente en (casi) todos los aspectos de su vida. Habla con seguridad y camina con más seguridad todavía. Si la sujeta fóbica tiene una duda, le pregunta a otra mujer exitosa, jamás a un hombre. Tiene cerca de treinta años hace mucho, porque desde los veinte ya estaba preocupada por llegar a los treinta antes de hacer todo lo que tenía planeado. Cuando la sujeta fóbica tiene un evento social está contenta, y de verdad contenta, y si no está de verdad contenta parece contenta porque estar triste no es copado. Cuando la sujeta fóbica conoce a su potencial soberano, se relaja y goza. Es desinhibida sexualmente y afectivamente, y si no lo es de verdad, parece desinhibida porque ser inhibida no es copado. En la cama los da vuelta y vuelta y se garantiza siempre el siguiente llamado. Es femenina y sensual porque no se le escapan los detalles, y quiere que el potencial soberano la vea como una femme fatale, que encima es inteligente. Si él la trata como femme fatale, la sujeta fóbica le explica que ella no es un objeto sexual.
Cfr. fóbico
A la sujeta fóbica le encanta que la inviten a salir y que paguen, pero sólo como un gesto vetusto de caballerosidad, no porque eso corresponda. La sujeta fóbica tiene muchos sentimientos y no tiene problema en hablar de ellos, porque una mujer libre no tiene prejuicios, y mucho menos miedo a exponer su corazón de mujer socialmente configurado. Habla de amor y le encantaría enamorarse. La sujeta fóbica no entiende por qué está sola y pocas veces es consciente de su patología. Ella ha amado y sabe lo que es el amor, y recuerda aquel pasado lejano en el que eso le ocupaba tiempo y energías. Cuando la sujeta fóbica vuelve a ver al mismo varón dos veces se pregunta por qué, y le dedica un rato a ese pensamiento, pero no se da cuenta, simplemente “se dio”. En el nivel consciente la sujeta fóbica la pasa bien, el varón le gusta y se divierten, pero subyace, en la sujeta fóbica, una sensación inexplicable de incomodidad. Si el varón no manda un mensaje a tiempo, que no es ni tan temprano ni tan tarde (véase TEG), la sujeta fóbica empezará a notar con rapidez la falta de tacto que tiene el varón con el tiempo, y con todo el resto de las cosas. Lo mismo ocurrirá si el varón hace dos chistes cuando daba para uno. Ella tiene desarrollada una habilidad superior para identificar los defectos, incluso antes de que se hagan visibles (véase subtexto), y logrará evitar quedar atrapara en la relación “peor es nada” que seguramente el varón que no verá por tercera vez tenía para proponerle. Si el varón es dulce y cariñoso, la sujeta fóbica se emociona y se siente a gusto, pero de ninguna forma puede serlo en público. Ella sabe que el varón querrá, con eso, marcar territorio y ella no es ningún territorio para ser marcado. La sujeta fóbica jamás abusa de los valores futuros del presente: “nos vemos”, del condicional asociado al modo subjuntivo: “estaría bueno que fuéramos a ver a esa banda”, o del futuro perifrástico: “otro día vamos a ir a un lugar que está buenísimo”. Las razones son dos: si el varón se lo toma a pecho y se pone goma va a tener que dejarlo; y si la deja de llamar ella tendrá que apurarse para dejarlo primero.
Pero la sujeta fóbica sabe que algo no funciona, sobre todo porque los varones que le vuelan la peluca son los que tienen comprado el pasaje a Bangladesh antes de conocerla (véase SLP). Tiene bien en claro que el éxito también se mide en la vida privada, y, aunque ser madre es unas decisión personal y no tiene que ser la tarea de las mujeres en la sociedad, la sujeta fóbica sabe que algún día se preguntará si quiere, y no quiere querer, porque si tiene treinta hace tanto tiempo y no pasó nada, todo indica que va a fracasar. La sujeta fóbica le tiene pánico al fracaso, y, por sobre todas las cosas, le tiene pánico a la mediocridad, a pasar desapercibida, a ser una mujer de alguien como todas las demás. Cuando la sujeta fóbica ve a las sujetas no fóbicas felices, se convence de que es una apariencia, de que parecen felices porque no ser feliz no es copado. Ella es de nadie y nadie es quien la llama, quien la felicita y quien la acompaña en todos los éxitos de su vida, con quien comparte la inmensa cantidad de momentos que la hacen feliz, y si no la hacen feliz, nadie se entera, le hace un té a la noche y duerme con ella.
Aca ex fóbica hoy semifóbica diciendo: amén.
ResponderEliminarLa película sería: Quieres ser Clarisa Silingardi? / Amén.
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