Cfr. fóbica
1. Los fóbicos son hombres
(aunque existen unos pocos casos de mujeres), con un rango de edad que puede
variar entre los 15 y los 36 años, con incapacidad absoluta de sostener
relaciones de pareja. El sujeto fóbico masculino se presenta como absolutamente
liberado de las imposiciones sociales y culturales, y absolutamente capaz de
tomar decisiones por sí solo, aunque pocas veces puede hacerlo, porque a menudo
es víctima de su propia afección. Es siempre más canchero y más galán que los
sujetos masculinos no fóbicos. Nadie puede imponerle nada, decide autónomamente
cuándo y con qué frecuencia verá a su potencial victimaria. Se dedica altas
cantidades de minutos a pensar qué otra cosa mejor tiene para hacer que llamar
o mandar un mensaje de texto, para que la potencial victimaria no se ilusione.
El fóbico suele esperar entre dos y tres semanas para repetir el encuentro, de
forma que no queden dudas de que no le importa para nada entablar un vínculo
duradero. Cuando el fóbico finalmente concreta el encuentro, hace tanto que no
tiene relaciones sexuales con su potencial victimaria que suele tener una primer
performance entre baja y desastrosa. Como su fobia sólo puede materializarse si
la potencial victimaria se instituye como tal en el hecho de desearlo para
ella, el fóbico no tarda en repetir el acto sexual las veces que sea necesario,
hasta que la potencial victimaria caiga a sus pies y lo recuerde por dos
semanas más. El fóbico hace todo lo posible para que la potencial victimaria
siga siendo tal cosa, y por las dudas abusa de los valores futuros del
presente: “nos vemos”, del condicional asociado al modo subjuntivo: “estaría
bueno que fuéramos a ver a esa banda”, y por las dudas, del futuro
perifrástico: “otro día vamos a ir a un lugar que está buenísimo”. Aunque
siempre hace creer a su potencial victimaria que la concordancia es con un la
primera persona del plural inclusivo, la realidad demuestra después que ella se
confundió y se refería a algún otro colectivo en el que de ninguna forma estaba
incluida. El fóbico hace todo esto para garantizar que no ocurra aquello a lo
que más le teme, además del temor que le tiene a su potencial victimaria, y es
que no le presten más atención. El fóbico sufre de un miedo irracional a tres
cosas:
- a su potencial victimaria,
- a que su potencial victimaria se olvide de él,
- a quedarse con su potencial victimaria y entablar con ella una relación duradera que fracase.
El fóbico, que según dice no
tiene atadura alguna a los parámetros sociales, entendió perfectamente que si
fracasa en el amor es un fracasado, y prefiere hacer de cuenta que lo hizo “adrede”,
por “fóbico”. Por esto podemos afirmar que el sujeto fóbico sufre, en realidad,
una triple fobia:
- a perder toda su pequeña identidad en una relación duradera,
- a las heridas narcisistas de que alguien lo rechace,
- a fracasar en el camino de la vida.
Detrás de su narcisismo, es
inmensamente inseguro, entonces, por las dudas, no deja que nadie lo conozca de
verdad. Cree en lo profundo que estamos destinados a tener una pareja,
construir una familia y comprarnos una casa. El sujeto fóbico es, en
definitiva, un sobreadaptado al patrón cultural burgués que se esmera en
criticar, pero está convencido de que no puede cumplirlo.
Producto de esta afección,
masiva, han surgido una serie amplia de términos y expresiones que indican la
existencia de una relación que supera la amistad pero que de ninguna forma
puede confundirse con una relación amorosa: “nos estamos viendo”, “salimos”,
“estamos”, “garchamos”, “mi fija”, o su versión preadolescente: “amigos con
derecho a roce”.
2. ~ arrepentido
El fóbico arrepentido es el menos
común de los fóbicos. Hace expreso el reconocimiento de la afección e intenta
revertirla. Como resiste, cree que tiene alguna superioridad moral y engrandece
su narcisismo. Dice querer quedarse con su potencial victimaria e intenta,
sinceramente, adaptarse a ser un dominado. El fóbico no entiende expresiones
tales como “compañero”, “compartir”, “acompañamiento”, aunque las usa para
convencerse. Está completamente seguro de que estará preso, y se comporta como
un presidiario que sale en libertad dos horas al día. Pide perdón de forma
sistemática porque todo lo que siente parece ser una potencial amenaza. Compra
flores, escribe poesía, invita a salir y paga la cena. El fóbico no sabe que
cuando ve a su potencial victimaria más seguido no hace falta que haga todas esas
cosas. Como el fóbico es, finalmente, un fóbico, se cansa rápido y decide
cortar por lo sano en el momento menos pensado. Las excusas son múltiples.
hm, escuché hablar de los "fóbicos". Tiro la siguiente tesis: ningún hombre es fóbico. La condición "fóbico" es una invención de la "potencial victimaria" para no ver la real condición del tipo ("no le importo en absoluto").
ResponderEliminarEsta tesis se desprende del teorema "para todo hombre existe un conjunto de mujeres con las cuales tendria una relacion duradera". La pregunta es si la ginecea en cuestion pertenece al conjunto dado o no.
1. No es sólo una hipótesis femenina la existencia del "fóbico". Hay hombres que se autodefinen así. Y ojo, fóbicas también las hay mujeres, pero la fobia femenina tiene otras características. También hay mujeres que se autodefinen fóbicas.
ResponderEliminar2. La relación duradera existe igual con un "fóbico", sólo que también tiene otras características diferentes a las relaciones de pareja regulares.
3. No estoy de acuerdo con el teorema "para todo hombre existe un conjunto de mujeres con las cuales tendría una relación duradera". O al menos no estoy de acuerdo con que todo hombre así lo crea/afirme para sí mismo.
Me parece interesante el comentario de Chuse. Pero...
ResponderEliminarContratesis: No sólo existen los fóbicos sino que las "potenciales victimarias" también son fóbicas. Cuando se le insiste a un fóbico, cuando se considera seriamente la posibilidad de tener una relación no fóbica con un fóbico, entonces la búsqueda está apuntando al lugar equivocado; ¿por qué me imaginé durante años la posibilidad de que él me tomara en serio, me mirara a los ojos y me dijera "te amo, quedate conmigo todo el domingo"? Porque sentía un miedo irracional. A seguir buscando, por supuesto.
Lo digo desde una perspectiva muy personal para que nadie se ofenda, pero creo verdaderamente que aplica en general.
A raíz de la confrontación de este texto con "fóbica" ( http://ginepedia.blogspot.com.ar/2012/06/fobica.html ), me gustaría acotar un par de cosas.
ResponderEliminarEn primer lugar, creo que cabe señalar que hablar de fobia es en cierta medida exculpatorio en cuanto a que la fobia es, después de todo, una enfermedad. Pobre, es fóbicx, hace lo que puede.
Como Vi, desconfío de la idea de un conjunto cerrado, inmutable, claro y evidente de "personas con las que unx tendría una relación duradera", y ni hablar de la posibilidad de planificar a priori una relación duradera. Pero bueno, de todas formas concuerdo con Chuse en que la categoría de fóbico se toca con la de "persona a la que no le importo". Me parece que una diferencia crucial es que de un adulto, como a una composición de segundo año, se puede pretender cierto grado de coherencia y cohesión. Si no te importo, no te importo, pero actuá en consecuencia.
Leyendo "fóbico" y "fóbica" me parece que difieren fundamentalmente en el punto de vista: el fóbico está definido por su "potencial victimaria", la fóbica por ella misma, en forma más simpatética. Más allá de un problema de género, creo que está bueno pensar las dos entradas así, como dos aspectos de lo mismo.
Aclaraciones a mi comentario:
ResponderEliminar1. El conjunto de "personas con las que unx tendría una relación duradera" puede ser vacío, lo que no contradice el Teorema.
2. A lo que voy es que la percepción del fóbico es relativa en sí. El hombre que se autodefine fóbico, usa su supuesta condición como ayuda para terminar la relación por que es un señorito y no quiere ofender (algo del estilo "no sos vos, soy yo"), lo cual refuerza la relatividad del concepto.
3. Me parece que el fóbico como ustedes lo entienden es la versión sensible del típico hombre clásico, producto de la evolución de la metrosexualización del hombre que se dio a principios de la década pasada, y del apogeo de la cultura indie, dos condiciones culturales que funcionan como hábitat ideal (otra, "como caldo de cultivo") para este tipo particular de caraduras.
Atte.
chuse
Estoy muy de acuerdo con lo que planteas en el punto 3 de tu comentario, lamentablemente es la version del tipico hombre clásico. Muy buena tu apreciación. Saludos.
EliminarMe asusta la exactitud. Es una radiografía de mi fóbico.
ResponderEliminarDejalo.
ResponderEliminarMe siento vergonzosamente identificado. Me quiero matar.
ResponderEliminarReconocerlo es el primer paso (?).
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